La infraestructura para el desarrollo
Se tiene la plena convicción de que nuestro país tiene todas las condiciones y potencial para
que, con transformaciones oportunas, valientes y consensuadas, pueda llevar a su gente por
la senda de la prosperidad. La visión es ser un país plenamente desarrollado en una década,
con un enfoque prioritario en el bienestar de su gente, que garantice empleo de calidad y
erradicar la pobreza extrema. El compromiso es impulsar acciones transformadoras para
lograr un gran cambio para la gente.
Los grandes logros comienzan con una meta retadora, realista y transformadora: duplicar el
Producto Interno Bruto (PIB) para el 2035. Con la mirada puesta en ese horizonte, se propone
implementar las reformas y políticas que permitan alcanzar niveles de crecimiento con la
calidad suficiente que permita, en el camino, erradicar la pobreza extrema.
Esto incluye un plan integral que se centra en ejes clave como la productividad, la
competitividad, la institucionalidad y la sostenibilidad ambiental, desacoplando el desarrollo
de la degradación ambiental, con especial énfasis en impulsar sectores económicos como el
agropecuario, el turismo y la industria. El objetivo es que el país sea líder en América Latina
en reducir las desigualdades territoriales y promover el desarrollo económico de manera
equitativa.
Ello obliga a mejorar las condiciones de vida de la gente, para que puedan encontrar las
mejores oportunidades y que su productividad eleve la formación de capital, a través de las
inversiones públicas y privadas. Y que nuestra gente, donde quiera que se encuentre, pueda
obtener el mejor retorno real por su arduo trabajo, creatividad, emprendimientos, y
sacrificios.
Se debe acelerar ese cambio institucional que nos ha permitido en estos pocos años lograr la
independencia de nuestra justicia, luchar activamente contra la corrupción y la eliminación
de la burocracia, y así generar una mayor seguridad jurídica y Estado de derecho. Si
continuamos este camino, la República Dominicana alcanzará un nivel de empleo pleno,
formal, digno acorde a su productividad. Eliminaremos la pobreza extrema, las múltiples
brechas de desigualdad, incrementará la movilidad social, y mejorará de manera definitiva la
calidad de vida de los dominicanos.